
La historia del Kokedama y su relación con el Nearai, el Kusamono y el Bonsái
La técnica del Kokedama se inició hace unos 500 años en Japón, aunque no se hizo conocida en el resto del mundo hasta el año 1990.
Algunas fuentes señalan que la idea provino del Nearai.
La técnica del Nearai
El Nearai es una técnica popular que se desarrolló durante la era Edo en Japón, a través de la cual se cultivaban plantas en un cuenco de arcilla o sobre una roca, donde el sustrato quedaba prácticamente en el aire.
Después sustituyeron la base por una bola de musgo y poco a poco fueron introduciendo distintos tipos de plantas, perfeccionando así la técnica del Kokedama.
Hay quien afirma que la técnica del Kokedama es una mezcla de la técnica del Nearai y de otras dos técnicas japonesas más; la del Kusamono y la del Bonsái.
La técnica del Kusamono
El kusamono es una composición de preciosas hierbas de montaña, plantas silvestres, algunos hongos y a veces también musgo, que recrean un paisaje de la naturaleza en la temporada anual en la que nos encontremos.
El kusamono es un elemento decorativo que acompaña y complementa al bonsái, acentúa alguna característica del árbol mostrado y ayuda a crear composiciones mucho más bellas y armónicas.
Como te decía, los kusamonos complementan pero nunca deben rivalizar con el bonsái en cuanto al tamaño, al follaje o a las flores. Por ejemplo si el bonsái por la época del año en el que nos encontremos presenta flores o frutos, el kusamono no debe tenerlos. Sin embargo cuando el bonsái no las tenga será una buena opción incorporarlas en la composición del kusamono, ya que aportarán una nota de color al conjunto.
Lo más importante al componer un kusamono es que debe ser un refuerzo de las características de la temporada anual en la que nos encontremos, es decir que tenemos que tener en cuenta el colorido de la estación, la floración, la presencia de frutos, la sequía, etc.
Los kusamonos se conocen también como plantas de acento. Están plantadas en pequeñas rocas, troncos de madera ahuecados, conchas de caracolas, lajas de piedra o pizarra, o las clásicas macetas de bonsái, pero igual que ocurre con su composición, su soporte no debe restar nunca protagonismo al del bonsái.
La técnica del Bonsái
De la técnica del Bonsái qué vamos a decir que no sepamos ya. Es la más conocida de las tres y consiste en crear una representación en miniatura, pero totalmente realista, de un árbol.
Para la creación del bonsái básicamente se debe controlar el crecimiento y el diseño mediante técnicas como el pinzado, la poda, el desfoliado, el alambrado, el abonado, que es en muchos casos escaso… Para limitar el crecimiento es fundamental cultivarlo en macetas muy pequeñas que tengan una capacidad muy baja de retener nutrientes y donde sus raíces verán su crecimiento limitado.
La técnica del Kokedama
La kokedama es mucho más fácil de cultivar y cuidar que el bonsái. De hecho se dice que la kokedama es el bonsái de los pobres porque requiere muchos menos cuidados que este. La bola de musgo de la kokedama contiene el sustrato y además sustituye a la tradicional maceta, lo que nos permite disfrutar de la kokedama y de su naturaleza de una forma más directa que si tuviéramos la planta en una maceta tradicional.
Los japoneses que han visto que la tendencia de la gente es estar cada vez menos tiempo en contacto con la naturaleza, que han observado que cada vez pasan más horas dentro de una oficina, dentro de una casa estudiando o realizando cualquier otra actividad, han descubierto en el kokedama la forma ideal de mantener el contacto directo con la naturaleza.
Con las kokedamas buscan reproducir escenas de la naturaleza para poder disfrutarlas en el hogar, es una forma de contemplar la esencia de la naturaleza dentro de su propia casa. De esa manera consiguen que el hombre nunca pierda ese vínculo.
Es frecuente encontrar kokedamas en algunas estancias de la casa y en celebraciones muy habituales en Japón. Un ejemplo muy evidente son las ceremonias del té, en las que consiguen armonizar la sala y hacer más agradable y natural la estancia de quienes se encuentran allí.
Por otro lado con la técnica del kokedama los japoneses han encontrado la manera ideal de introducir a los niños desde muy pequeños el contacto con la naturaleza. En las escuelas ofrecen talleres en los que los pequeños juegan y aprenden de las plantas y con las plantas.
Podríamos decir que en Japón más que utilizar las kokedamas como elemento decorativo las utilizan como plantas de acompañamiento personal. Para ellos es lo más parecido a tener una mascota ¡pero verde!
En definitiva, con las kokedamas nos aseguramos de crear un ambiente más natural y más saludable para nosotros, y evita que en cualquier lugar en el que nos encontremos, perdamos el contacto con nuestra Madre Tierra.