
Cuidados para tu Kokedama
Se dice que las Kokedamas son el «Bonsái de los pobres» y es que no requieren tantos cuidados como este. Son fáciles de mantener, incluso para personas poco acostumbradas al cuidado de las plantas. En esta página encontrarás algunos consejos para que tus kokedamas se mantengan siempre en las mejores condiciones.

Riego
Las kokedamas se riegan por inmersión. Ha de hacerse según las necesidades de las plantas que contienen. Debemos sumergir la bola totalmente en un recipiente con agua durante 5 o 10 minutos aproximadamente. Cuando esté completamente regada veremos que dejan de salir burbujas. Pasado el tiempo de riego la retiraremos del agua, dejaremos escurrir el exceso sin apretar la bola y la colocaremos en su lugar habitual.


Musgo
Es recomendable pulverizar la bola de vez en cuando para mantener la humedad del musgo. Con el tiempo, no obstante, el musgo irá perdiendo su tonalidad.
Para que la kokedama mantenga su aspecto inicial se puede colocar musgo nuevo cuando sea necesario.


Ubicación y temperatura
Podemos ubicar nuestras kokedamas en cualquier ambiente interior con buena iluminación, evitando exponerlas al sol directo.
Debemos protegerlas de fuentes de calor y frío artificiales, como calefactores y aires acondicionados, así como de las corrientes de aire.


Humedad
Si el ambiente es seco, podemos rociar las hojas con agua, pero nunca las flores.
También podemos colocar un cuenco con agua debajo de la kokedama, sin que el agua toque el musgo. Una buena opción es colocar unas piedras en el cuenco, rellenar con agua sin llegar a cubrirlas por completo y colocar la kokedama sobre las piedras. De esta manera evitaremos que el agua esté en contacto el musgo.


Abono
Aunque dependerá del tipo de planta, por norma general conviene abonarlas desde la primavera y hasta el mes de octubre.
Una vez al mes debemos agregar algún fertilizante líquido en el agua de riego. De esta manera aportaremos a nuestra kokedama todos los nutrientes necesarios para que se mantenga en perfectas condiciones.


Poda
Todas las ramitas que no estén en buen estado se deben cortar.
Cualquier rama u hoja que esté amarilla, seca o rota por el motivo que sea, tenemos que cortarla con una tijera previamente desinfectada con un poco de alcohol o con un desinfectante comercial. Al terminar de podar limpiaremos de nuevo las tijeras; de esta manera evitaremos transmitir enfermedades de unas plantas a otras